28/11/07

Diario de China: Día cuarto. Llegar en tren

Llegar en tren a una ciudad es una manera de llegar poco a poco. Vas mirando por la ventanilla y vas viendo como aparecen las primeras casas, aun en las afueras, y que van dando paso a los primeros bloques de pisos. También ves un parque y gente que pasea. Un niño agita su mano a lo lejos, en un gesto que dice hola y adiós a un mismo tiempo. La velocidad se reduce más y más hasta convertir este último tramo del viaje en un paseo de bienvenida que la ciudad te tiene preparado. Por eso me gusta el tren y detesto el avión que te suelta de golpe en cualquier sitio adonde vas.
El día es azul, aunque aun quedan rastros de la dichosa niebla que parece que forma parte del paisaje desde que llegue a China, y Luoyang nos recibe con una sonrisa. No tarda, sin embargo, en surgir el primer inconveniente. Teníamos pensado salir para Beijing el día 11 ( hoy es 9 ) de madrugada para llegar antes del mediodía, pero cuando vamos a comprar los billetes, todos los trenes están llenos hasta el día 11 a las 20:00. Ésto nos va a hacer retrasarnos un día con respecto al plan previsto, pero soy de los que piensan que los planes están para cambiarlos e inmediatamente se me ocurre como ocupar ese día extra en Luoyang. 'Shaolin Temple' esta a 73 millas de distancia, así que lo único que tengo que hacer es que buscar una manera de llegar hasta allí mañana por la mañana.
En cuanto salgo de la estación se me echan encima las viejas de los mapas y algunas mujeres que me ofrecen alojamiento por 50 yuan. Por suerte nuestro hotel está justo en frente de la estación y emprendemos una huida rápida con nuestro mapa de 5 yuan.
El hotel se llama 'Jiu Du Hotel' y pago 180 yuan por noche con desayuno incluido. Tengo que decir que el trato a nuestra llegada fue excelente y que en las dos noches que allí pase todo fueron sonrisas y ganas de agradar. Por supuesto estaba sucio, pero tenia bañera y la calefacción funcionaba.

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