23/11/07

Diario de China: Día segundo. El polvo del camino

El 306 hace paradas en los tres lugares que describo ayer. A la vuelta, y por cambiar, decido probar el 914, que pasaba por allí y que decía mi guia que también llevaba a la ciudad. Y llevaba, pero por un camino mucho más largo y haciendo paradas continuas. Lo peor vino cuando se metió por una carretera sin asfaltar y nos sumergimos en una nube de polvo seco que se te pegaba en la garganta y te hacia toser sin parar. El autobús saltaba, de bache en bache, como una atracción de feria, y una azafata repartía bolsitas negras por si alguien 'deseaba' vomitar. Por suerte nadie vomito, aunque confieso que a mi poco me faltó, y un caramelo de menta le devolvió a mi garganta la humedad necesaria para dejar de toser. Me cubrí la cara con una toallita perfumada, que había cogido en el avión, hasta que finalmente volvimos a un camino asfaltado. Era de noche cuando llegábamos a Xi' an. Había sido una experiencia, aunque tengo que decir que bastante desagradable. Esa misma noche, ya en el hotel, mis pulmones escupieron mocos negros.
Recuerden 306, y no se les ocurra montarse en 914.

No hay comentarios: