24/11/08

Domingueando

No creo que hubiera visto nunca Nan Sang Wai si no hubiera sido por mi amiga Polly. A ella le gusta ir con su perro y su conejo, y pasear. No hay mucho más que hacer allí, aparte de pisar la hierba y respirar tranquilidad. El domingo pasado había bastante gente, y es que hablamos de un lugar ideal para la fotos del reportaje de bodas o fotografiar fauna (está muy cerca de Wetland y hay muchísimos pájaros).

Nan Sang Wai tuvo su momento de esplendor hace ya algunas decadas, cuando la industria del cine utilizaba sus decorados naturales para hacer películas de saltitos y patadas a la media vuelta. Pero de eso solo queda una casa derruida y la memoria de algunos. Hoy lo que nos encontramos es un pequeño embalse donde pescar, un restaurante bastante destartalado, donde tomar un refresco y comer pescado, y un bote para cruzar el río Shan Pui . Si vienen por aquí, no se olviden de traer una moneda para el barquero. Aunque ya saben que las niñas bonitas no pagan dinero.

14/11/08

Bulería

Mi amiga FongFong baila flamenco y el pasado Domingo fuimos a verla bailar. La entrada incluía buffet libre así que me entretenía comiendo sushi mientras escuchaba 'a la puerta de Toledo mare le tengo celo'. La cosa estaba graciosa y tengo que decir que todas bailaban sevillanas bastante mejor de lo que yo lo haré nunca. Terminaron las sevillanas y anunciaron a Janet que bailaría por bulerías. Deje los palillos un momento para mirar a la susodicha y recuerdo que pensé 'veras la china bailando'. Pero empezó la música y se le cambio la cara. Joder, si no fuera por los ojos rasgados hubiera jurado que era prima de Sara Baras. Tengo que decir que me puso los pelos de punta porque no había visto a nadie bailar de esa manera. Terminada la actuación me senté un rato con ella y me estuvo contando como aprendió. Había pasado dos meses en España y es la primera china que conozco que conoce Cádiz y que Jerez es cuna del Flamenco. Sabía lo que es el duende porque cuando le dije que ella lo tenía se me puso a llorar emocionada. En fin, que Hong Kong me sorprendió una vez más.


12/11/08

El regreso de Peluhongkong

Espero que sepan disculpar tan prolongada ausencia. Ya saben que el corazón me tuvo ocupado en otros menesteres y las fuerzas se me fueron por los ojos en forma de lágrimas saladas. Pero todo pasa, como pasa la vida, y aquí me tienen de vuelta para seguir contándoles lo que ven mis ojos por estos rincones del mundo.

Hace tres semanas que volví a Hong Kong y, antes que nada, tengo que darle las gracias a mi amigo Rodolfo que me abrió las puertas de su casa y me otorgó el privilegio de su amistad a cambio de nada. Si no fuera por eso, yo no estaría ahora aquí y no tendría nada que contarles. Peluhongkong sigue vivo en gran parte gracias a él.

Llegué a Hong Kong el 24 de octubre y, como Frank Sinatra, lo hice todo 'a mi manera', o sea como me lo fue pidiendo el corazón y sin hacerle mucho caso a la cabeza. No voy a contar aquí todo lo que hice, pero no le hice caso a los que me dijeron que no viera a Oiting; y si es verdad que hubo momentos en los que lo pase mal, ahora me alegro de verdad de haberlo hecho. Estoy convencido que, a pesar de los tiempos en los que nos ha tocado vivir, merece la pena cruzar medio mundo para decirle a alguien 'te quiero'. No pienso borrar cuatro años de mi vida. Es el momento de pasar página, pero no hay porque arrancar las páginas anteriores solo porque nos hicieron llorar... además nos hicieron reír.

Y como alguno tendrá curiosidad, les diré que he vuelto a donde mi amigo Paco PDL le gusta más verme, es decir, a los bares de copas. Y la noche vuelve a ser compañera. Y la luna me protege. Estoy descubriendo un Hong Kong que no conocía y del que también habrá cosas que contar. He vuelto a ese camino que no lleva a ninguna parte pero que pasa por todos los sitios. Pero que nadie se asuste: solo bebo cerveza y hablo con niñas guapas... y mi teléfono vuelve a sonar como cuando maullaba aquellos primeros meses en Londres. Los días otra vez son interrogantes y ahora todo depende de mis pasos...


... Y lo más importante, vuelvo a ser feliz conmigo mismo.