15/12/07

Un día en las carreras


Por fin encuentro un hueco, en la locura final de estos últimos días en Hong Kong, para escribirles algo. Ha sido una semana larga, pero que ha pasado volando, y en la que volví a China por unos días, me compré una cámara nueva (Nikon D40x, que espero aprender a manejar pronto) y en la que no he parado un momento visitando, quizás un poco a la ligera, algunos de los sitios que estaban en mi agenda desde mi llegada. Interrumpida, solo temporalmente, la redacción de mi 'Diario de China', quiero hoy hablarles de carreras de caballos.

Si bien 'Happy Valley' aparece en todas las guias de viaje de Hong Kong, cuando pasé por allí no me pareció gran cosa. Eso no quita que tenga una gran tradición en lo que a carreras de caballos se refiere, no en vano fue construido en 1845 con la llegada de los ingleses a Hong Kong, y a los que les guste el arte ecuestre no deben dejar de visitarlo. Sin embargo, mi día en las carreras lo pase en 'Sha Tin Racecourse' en los 'New Territories'. Fui un miércoles, aunque también hay carreras los sábados y en ocasiones los domingos, y me senté allí con mi botella de té con limón a intentar entender como funcionaban las apuestas de caballos. Había miles de personas que no dejaban de anotar resultados y realizar cálculos, que se me escapaban por completo. Una gran pantalla señalaba los nombres de los caballos y a como se pagaban las apuestas. No soy muy dado a las apuestas, y mucho menos si no tengo la menor idea sobre el asunto, así que me limité a apostar conmigo mismo eligiendo un caballo ganador poco antes de cada carrera. No necesito decir que no acerté una sola vez, aunque pasé un buen rato animando mentalmente a mi caballo.


Sobre 'Sha Tin Racecourse', les diré que son las instalaciones que se usarán durante las próximas Olimpiadas de Beijing en el 2008. Posee capacidad para más de 80.000 personas y es propiedad de Hong Kong Jockey Club, una de las instituciones, de origen ingles, más antiguas de Hong Kong.


No soy aficionado a los caballos y, como pueden ver, no es mucho lo que puedo contarles. Sin embargo, me pareció interesante comentar, aunque solo sea por encima, que en Hong Kong existe una gran tradición ecuestre que refleja la presencia inglesa durante 150 años.


7/12/07

Un alto en el camino

Cuento los días, y me doy cuenta que son escasamente 10 los que me quedan antes de volver, como el turrón, a casa por Navidad. El tiempo ha pasado volando y, si vuelvo la vista atrás, parece que fue ayer cuando llegaba a Hong Kong con una maleta llena de ilusiones. Como digo, se me acaban los días y es mucho lo que aún me queda por hacer. Principalmente, quiero pasar más tiempo con Oiting, por la sencilla razón de que no se cuando volveré a ver a la persona que ha compartido mis días y mis noches durante los 3 últimos años. También quiero volver unos días a China, esta vez al Sur, y probablemente me pase por Macao. Otra razón es que me voy a comprar una cámara nueva y necesito tiempo para pelearme con las instrucciones, y estar seguro de que funciona correctamente antes de marcharme. Quiero estar en la calle y aprovechar al máximo el tiempo, para llenarme los ojos de paisajes, la boca de sabores, y el alma de personas que no se si volveré a ver. Tengo muchas fotos por hacer y una montaña que subir un día sin niebla. Quiero jugar con 'mis' gatas, y llenarme las manos de arañazos que me ayuden a recordarlas cuando no las tenga para despertarme en mitad de la noche. Quiero acabar un libro que hoy empiezo y que no me cabe en la maleta de vuelta... Por éstas y otras razones he decidido que, a partir de hoy, mis publicaciones dejen de ser diarias y pasen a ser algo más intermitentes, al menos de momento.
Por otra parte, estoy barajando la posibilidad de interrumpir mi Diario de China durante un tiempo y centrarme un poco más en Hong Kong. Me parece que es un momento idóneo, puesto que el viaje llega a Beijing y continua por Nanjing y Hangzhou, y es éste un paisaje distinto y que nos habla de otra China. No lo he decidido aún, pero quizás lo que haga es intercalar algún episodio de vez en cuando, de manera que no se les haga pesado ni a ustedes ni a mí. Sin embargo, dejo esta decisión en manos de aquellos que sé, me leen a diario.
También aprovecho para informar que a partir del día 18 continuaré escribiendo desde El Puerto o donde quiera que vaya después. Para ello tengo algo así como 3000 fotos, libros y sobre todo la experiencia de haber visitado decenas de lugares de los que todavía no les he hablado y que irán apareciendo poco a poco. Por supuesto, existe también la posibilidad de volver para ampliar decorados. De hecho, me dejo sin ver muchísimas cosas, no solo en Hong Kong, sino en los territorios que lo rodean. Sin embargo, volver, y cuando, dependerá de factores económicos y de la dirección del viento una vez vuelva a Europa.

6/12/07

Diario de China: Día sexto. Una noche en el tren

A los hermanos Marx no se les ocurrió rodar 'Una noche en el tren'. Si lo hubieran hecho, seguro que hubieran copiado la escena del camarote de 'Una noche en la Opera' o aquella otra del restaurante y las mesas de 'Una noche en Casablanca', pero en un tren que se llena de chinos. Me imagino la escena: 'ticket please', 'tsie tsie' y otro chino pa' dentro, y así hasta que el vagón se va llenando de gente y maletas y bolsas gigantes, y entonces aparece el que vende los refrescos con su carrito y le sigue el revisor y uno que decide ponerse a barrer justo ahora que todo el mundo está por medio; llega también la policía y una azafata que vende cepillos de dientes; alguien saca un baraja y comienza una partida con el pasillo de por medio; "pipas,chicles,calameros", grita una vendedora; aparece otro carro con platos de arroz y noodles; una chica pasa una bolsa para la basura... y así toda la noche.
Sobre la 1 de la mañana parece que la cosa se calma y muchos empiezan a dar cabezadas. Yo me he terminado un paquete enorme de pipas ( los chinos comen pipas ) y continuo con mi viaje a las Galápagos. Se ha organizado una timba a escasos metros de nosotros y son lo bastante ruidosos para no dejar dormir a nadie. Algunos se han quejado ya, pero los de la timba están a lo suyo y no hacen el menor caso. Entonces empiezan a fumar y aquello se convierte en un pub ( se entiende que de fumadores ) incluida la música que no se de donde ha salido. Las protestas aumentan y entonces Oiting en ingles les recuerda que no se puede fumar en el tren, pero nada de nada. No me gustan los problemas pero estos tíos no obedecen a razones y además no me están dejando leer (probablemente la cosa que más me molesta en el mundo ), así que cuento uno, dos ,tres, y aprovechando mi condición de 'ingles' me levanto y me dirijo hacia el grupo de ruidosos. " What's your fucking problem man?", le digo a uno con cara de lelo y que responde con un "I don't understand". "Tu tía, no entiendes. Ya estás apagando el cigarrito, bajando la música y dejando de gritar". Tengo que decir que son unos segundos muy largos y en los que llego a pensar que me van a partir la cara por listo. Me hacen caso sin embargo, y no solo ellos se callan, sino que se hace el silencio en todo el vagón ( lo que me confirma el respeto que despierta un europeo en China ). La gente puede por fin dormir y yo vuelvo a embarcarme rumbo a Galápagos donde paso el resto de la noche.

5/12/07

Diario de China: Día sexto. Hasta la vista Luoyang

La estación de trenes tiene un aspecto bastante más tranquilo que el que presentaba la de Xi'an. No se si es por la hora de salida o porque es una ciudad más pequeña, pero lo cierto es que hay bastante menos gente e incluso encontramos un asiento donde sentarnos mientras esperamos que abran la puerta de embarque a nuestro tren. El billete en 'hard seat' me ha costado 106 yuan. Serán 10 horas de viaje y como no creo que pueda dormir demasiado, me voy a regalar 'Galápagos: viaje al fin de mundo', de Alberto Vazquez-Figueroa.
Me voy de Luoyang satisfecho de lo que he visto y con una imagen bastante más amable de China que la que me encontré en Xi'an. Tengo que decir que, en general, la gente es muy amable aquí, un lugar donde los niños te gritan 'hello' antes de salir corriendo, tímidos, a esconderse. No deben estar, sin embargo, muy acostumbrados a los 'rostros pálidos' y , sobre todo los viejos, se quedan embobados al verte pasar; algunos se parten el cuello mirándote sin ningún reparo, pero se les nota que es solo curiosidad ante algo que les es extraño. No existe en Luoyang acoso al turista y uno puede pasear tranquilamente sin que le quieran vender algo a cada paso que da. Me gusta Luoyang aunque no sabría decir el porque, solo se que volvería a darme una vuelta por aquí si alguna vez tengo la oportunidad. Si tuviera que describir esta ciudad diría: "Luoyang es como una persona muy fea pero que siempre esta sonriendo".

Diario de China: Día sexto.Traduciendo que es gerundio

Aunque la foto a continuación es horrorosa, contiene un texto que les quiero traducir. Ni que decir tiene, que es Oiting quien traduce primero del Chino al Ingles, para que luego, yo haga lo propio al Castellano. Supongo que por el camino se habrán perdido muchos matices, así que nadie espere una traducción exacta, aunque si aproximativa, del texto en cuestión. La foto fue tomada con premura, en una agencia de reclutamiento laboral o como quiera que se le llame a una oficina que ofrece trabajos a la gente.





"RECLUTAMIENTO



1- Disco Club empleada ( se refiere a bailarina o algo así ). 3000 yuan*.


2- Cargador ( no me queda claro de qué ). 1600 yuan.


3- Seguridad ( interior ). 800 yuan.


4- Cajera de supermercado. 700 yuan.


5- Camarero. 600 yuan.


6- Mudanzas. 1200 yuan.


7- Camarero de Night Club. 700 yuan.


8- Guia turístico. 1500 yuan.


9- (Desconocido). 800 yuan.


10- Empleado en factoría de comida o de juguetes. 800 yuan.


11- Seguridad ( exterior ). 1200 yuan.


12- Limpiador de fachadas y ventanas ( me refiero a esos que se descuelgan por los edificios ). 3000 yuan.


13- Reparador de electrodomésticos. 1500 yuan.


14- Portero. 600 yuan.


15- Lavandería de hotel. 600 yuan.


16- Empleado en factoría de electrodomésticos. 800 yuan.


17- Pintor o soldador. 2500 yuan.


18- Instalador de motores. 1500 yuan.


SERVICIOS MATRIMONIALES/ALQUILER Y VENTA DE PROPIEDADES"



*Recordar que la correspondencia entre Euro y Yuan es de 1 a 10 aproximadamente, con lo que basta con dividir entre 10 para pasar de yuan a euro.

4/12/07

Diario de China: Día sexto. Perderse en Luoyang

Perderse en Luoyang es tan sencillo como montarse en un autobús equivocado; y el numero 53 lo era a pesar de lo que pueda decir mi guia de viajes. Oiting dormitaba y yo miraba los letreros de las calles y que me sonaban todos a 'chino', cuando noté que el autobús hacía un giro extraño a la derecha y que no recordaba del camino de ida. Dejé, sin embargo, transcurrir unos minutos por si volvíamos a girar a la izquierda. Entonces un nuevo giro a la derecha me hizo pensar en el enano de antes y dije '!mierda!, ya la hemos liado'. Desperté a Oiting, que parecía de vuelta de un viaje astral, y le dije que no tenía ni idea de donde estábamos. Sacamos el mapa, pero no nos dio tiempo para mucho porque el autobús se detuvo y anunció que era la última parada. Nos bajamos y, por la cara de la gente al ver un turista por allí, me imagine que estábamos en medio de ningún lugar. Comenzamos a preguntar por la estación de trenes y todos nos miraban con cara de que estábamos locos. Al final decidimos que coger un taxi, aunque de cobardes, era la mejor opción. Además no teníamos mucho tiempo porque había que dejar el hotel antes de las 19:00 ( habíamos alargado la reserva medio día -90 yuan- para dejar las mochilas ) para coger nuestro tren a Beijing. Tardamos un buen rato en ver aparecer uno, pero resultó una buena idea coger un taxi porque estábamos a más de 15 minutos en coche de la estación de trenes. La suerte es que en Luoyang los taxis son incluso más baratos que en Xi'an y solo nos costó 8 yuan la carrera.
Nos dimos una ducha rápida, recogimos los cepillos de dientes y dejamos el hotel entre sonrisas, con el deposito de vuelta y con una factura arrugada en el bolsillo. Como al final nos había sobrado algo de tiempo, volvimos a cenar en el mismo restaurante de la noche anterior. Esta vez fue más cara la cosa: 26 yuan.

Diario de China: Día sexto. Con la mierda en los talones

Me había fijado que los pantalones de los niños pequeños tienen una abertura trasera del tamaño de una cuarta. La razón es bastante sencilla: cuando un enano recibe la llamada de la selva y dice eso de "mama pipí" o " mama caca", es mucho más sencillo abrir por detrás y dejar al descubierto el culete del sujeto, que tener que desabrochar botones y bajárselo todo hasta los tobillos. En vista que la razón parecía, en principio, convincente, y justificaba que a los enanos se le congelaran los bolindres en invierno, quedé a la espera de una demostración del asunto.
Estaba esperando el autobús de vuelta a la ciudad, cuando me fijé en la figura de uno de estos enanos que tiraba del brazo de su madre. 'Ésta va a ser', me dije, 'el niño no aguanta más y, como no hay un baño cerca, la mama le saca el pilindolo y a regar las macetas'. Sin embargo no fue así la historia y, ante mi sorpresa, la madre le abrió la trasera al niño, que allí, en medio de la cera y con todo el mundo pasando, se puso en cuclillas y soltó, para que me entiendan, algo así como un kilo de 'Nocilla'. Me quedé de piedra y esperando a que alguien hiciera o dijera algo. Pero nadie pareció notar nada extraño en que un mocoso se cagase en medio de la vía publica y dejara allí el 'bollicao' del desayuno. Entonces llegó el autobús y me marché, aún incrédulo, de allí.

3/12/07

Diario de China: Día sexto. Al otro lado del rio

Al otro lado del río hay más cuevas, y aunque es verdad que son pocas y menos importantes, también lo es que están en un decorado más bonito, porque se encuentran en una montaña verde donde los arboles son los dueños, y porque desde allí se puede contemplar la otra orilla y observar la grandeza de las 'Longmen caves'. Además hasta allí no llega casi nadie porque la mayoría se quedan satisfechos con hacerse la foto con la estatua más grande y no se plantean siquiera la posibilidad de contemplar la obra en su conjunto. La niebla no dejaba hacer buenas fotos, pero no me importó sentarme en una roca y pasar un rato imaginando un tiempo pasado en el que el hombre era capaz de hacer cosas como ésta. Entonces me vino a la cabeza la imagen de un hombre que destrozaba las cabezas de las estatuas y pensé como el ser humano es tantas veces capaz de destruir lo que a otros tanto esfuerzo costó levantar.



Diario de China: Día sexto. Longmen Caves

Si hay algo que despertó mi atención desde un primer momento a la hora de preparar mi viaje a China, ese algo fueron las 'Longmen Caves'. Fue ver las fotos en mi guia y decidir que ésta tenía que ser, sí o sí, una de las etapas de mi viaje. Las 'Longmen Caves' son un conjunto de unas 2.000 pequeñas cuevas o nichos y que contienen más de 100.000 estatuas budistas. Iniciados los trabajos durante la dinastía Nothern Wei ( 386-534 ), los nichos se fueron situando en la ladera de dos montañas que bordean el río 'Yi' y son, sin duda, la cosa más espectacular que he visto en mi vida.

Hasta allí llegué en el autobús numero 81, que por 1.5 yuan hace el trayecto de 14 km desde la estación de trenes a la entrada del recinto. El pase cuesta 80 yuan e incluye la visita a las cuevas en ambos margenes del río, el templo de Xiangsham y la tumba de Bai juyi. Es un lugar muy concurrido, en el que, sin embargo, apenas pude ver occidentales con la excepción de una excursión de franceses. No se muy bien como describir este lugar, así que pondré alguna foto y que cada uno saque su propia opinión. Yo por mi parte recomiendo a cualquiera que venga a China que se de una vuelta por aquí o por Datong, que está más al norte y que tiene unas cuevas parecidas construidas por la misma gente.






































Diario de China: Día quinto. Cenar por dos euros

Ya de vuelta en Luoyang salimos a dar una vuelta en dirección contraria a la que seguimos el día anterior. Después de un rato caminando, entramos en un restaurante a cenar. Tomé unos dumplings fritos, un plato de arroz con cerdo y un plato con verduras hervidas- Oiting tomó noodles-, y todo acompañado por otra coca cola de litro y medio. La camarera simpatiquísima no dejaba de acercase por si necesitábamos algo. La cuenta fue de 23.5 yuan, o lo que es lo mismo algo más de 2 euros. Pagué 30 y dejé la vuelta de propina después de tener que insistir un buen rato para que la chica aceptara los 6.5 yuan y volviera al restaurante, porque había salido hasta la calle a devolvernos la vuelta.
De camino al hotel paramos en un supermercado a comprar agua y algunas galletas. Después me dí un magnifico baño y caí rendido en la cama.

2/12/07

Diario de China: Día quinto. Shaolines en el 'show business'

Si los lugares que estábamos visitando me estaban encantando, me estaba empezando a cansar de que me trataran de guiar los pasos en todo momento. El primer problema surgió cuando me dijeron que debía seguir al grupo en las visitas. Traté de ser diplomático y explicarles aquello del continente y el contenido o más bien que me dejaran en paz, pero no entendían que durante una visita prefiriera pararme a hablar con la gente y hacerles fotos en vez de tragarme un rollo monumental en chino y detenerme cada vez que al guia le diese la gana para ver lo que ellos consideraban que debía ser importante. Después de algunos intentos para que los siguieran, y viendo que mi cara se iba tornando color 'vete a tomar por c...', me dejaron tranquilo. Sin embargo, tuve sufrir y esperar continuamente a que el grupo se hiciera fotos hasta con el cartel del cuarto de baño.

Así las cosas, eran casi las 14:00 cuando llegamos a 'Shaolin Temple'. 'Shaolin' significa 'bosque joven' y es la orden de monjes luchadores que reside en este templo budista fundado en el siglo V. Al parecer un tal Bodhidarma, un monje indio que llegó en el 527, desarrolló un sistema de ejercicios encaminados a obtener una mejor forma física que ayudara a la hora de meditar y acercarse a Dios ( ya se sabe que estos budistas son capaces de pasarse horas en posturas que se me antojan imposibles como si nada, y mientras, incluso le buscan el sentido a la vida ). Pues bien de estos ejercicios derivó lo que se conoce como 'Shaolin Boxing' y del que derivan todas las demás Artes Marciales.

Dicho ésto, comprenderán lo que significaba poner un pie en el mítico 'Shaolin Temple'. Sin embargo, de mítico le queda ya poco, porque se ha convertido en lo que yo llamaría 'Circo de los hermanos Shaolin'. A mi llegada me encontré con que había allí decenas de autobuses y un hormigueo de turistas se apresuraban a hacerse fotos en posturas ridículas junto a cualquier estatua que encontraran a su paso. Hay exhibiciones, que si bien son espectaculares ( he visto con mis ojos como hacen el pino sobre el dedo índice, rompen barras de hierro con la cabeza o dan saltos que ni los monos de tarzan serian capaces de igualar), no hacen más que incrementar el sentimiento de que estoy ante una maquina de hacer dinero ( 140 yuan la entrada; con diferencia la más cara que he pagado en todo el viaje ). No quiero decir con ésto que no merezca la pena venir hasta aquí, lo que digo es que nadie espere encontrarse con el misticismo que se le supone a un lugar como este. Así las cosas decido alejarme de tanto 'show business' y visitar el cementerio de pagodas donde están enterrados todos los celebres monjes shaolines. Hay que darse un paseo de algo menos de 2 kilómetros para llegar hasta allí, pero merece la pena por el paseo y porque es un lugar del que rebosa todo aquello que falta en el templo y sus alrededores. Si alguien quiere conocer la grandeza de la orden shaolin que se acerque por aquí y se siente junto alguna tumba-pagoda ( alguna con más de 1000 años) y se deje envolver por la historia que tiene este lugar. Por contra si lo que se quieren ver son saltos y juegos malabares mejor se van al circo que queda a la entrada del recinto, junto al templo y las tiendas de souvenires.


Estaba paseando y disfrutando de la magia del lugar, cuando a lo lejos aparece la guia que nos habían encasquetado al llegar y se me acerca corriendo. " Nos vamos en 10 minutos" me dice. Entonces pienso que ha llegado la hora de la venganza después de todo un día esperando a los demás. " Voy en un minuto, solo una foto más", respondo mientras me pierdo entre el bosque de pagodas. A mi regreso, media hora después, todos estaban esperando y la guia parecía al borde de un infarto. Nadie se atrevió a decir una sola palabra. Quizás al final habían aprendido que donde las dan las toman.


1/12/07

Diario de China: Día quinto. ¿Quien dijo viejo?

Las carreteras secundarias están cargadas de encanto, atraviesan pueblos y campos de cultivo y nos hacen participes de la vida de las gentes del campo. No nos detenemos, pero me da tiempo a fijarme que cortarse el pelo en uno de estos pueblos cuesta 3 yuan ( 30 céntimos ) y calculo cuanto me costaría pasarme una temporada allí. Hay carreteras sin asfaltar y el ladrillo vuelve ser la tonalidad prevalente en las construcciones que veo. La gente sonríe, algunos saludan al vernos pasar, otros trabajan la tierra. Nos acercamos a 'Song Shan', una de las cinco montañas sagradas para los Taoístas, y el paisaje toma color a pesar de la niebla. Entonces comienza la subida por una carretera de un solo carril y sin quita miedos. Debería dejar de mirar por la ventana porque sufro de vértigo, pero algo me atrae a mirar el precipicio. Es extraño pero no me asusta que la furgoneta se salga del carril y hagamos caída libre.

'Songyang Academy' fue construida en el año 484 y fue uno de los grandes centros de aprendizaje durante la dinastía Song, además de ser el más importante para la enseñanza del 'Confusionismo'. Es un lugar hermoso rodeado de montañas y en cuyo interior se pueden encontrar varios arboles milenarios. Dos de ellos son cipreses cuya edad está estimada en más de '4500' años, y ahí están los tíos todavía echando hojas verdes a pesar del hombre y su maldita costumbre de cortarlo todo.

30/11/07

Diario de China: Día quinto. Xuanzang y la bola de dragón

Xuanzang fue un monje budista que vivió durante el siglo VII. En la tradición budista es conocido porque, guiado por un sueño, realizó un viaje plagado de peligros y aventuras hasta la India, donde recopiló una gran cantidad de escritos budistas que luego traduciría al chino. Su viaje y las leyendas en torno a este, inspiraron la novela atribuida a Wu Cheng'en y titulada 'Viaje al Oeste' en la que se narra el viaje mitológico que Xuanzang realizó, junto al rey mono Sun Wukong, el monstruo cerdo Zhu Wuneng y el demonio acuático Sha Wujing, a la India en busca de unos 'Sutras' que no existían en China. Esta novela de 1590 es la que inspiró las aventuras de 'Gokú' en la serie manga 'Bola de Dragón'.


Pues bien, nuestro amigo Xuanzang nació cerca de Luoyang y se puede visitar la casa donde por primera vez vio la luz. No es gran cosa, pero no podía perderme el lugar donde nació el personaje que inspiró aquellos dibujos animados que marcaron el comienzo de mi adolescencia. A poca distancia de allí se encuentra un templo dedicado a su figura y que se encuentra en un estado lamentable. La entrada conjunta a los dos lugares es de 30 yuan.

Diario de China: Día quinto. Echar gasolina

Atravesamos la ciudad en dirección Oeste y nos adentramos en una autovía sin curvas. La niebla ha vuelto así que no hay paisaje mas allá de los quince metros. Diez minutos después, nos detenemos junto a una tienda en medio de ninguna parte y nos informa el guia que allí podemos comprar agua y algo de comer. Todos bajan menos Oiting y yo que no estamos dispuestos a darle un duro al primo del guia; por que no veas como canta el asunto. Cuando veo que la cosa se está alargando demasiado, echo mano de mi libreta y poco después emprendemos la marcha. Poco después, sin embargo, volvemos a detenernos, esta vez para echar gasolina. Este episodio es, sin duda, digno de un esperpento de Valle-Inclán. Quizás no me crean pero tardamos 45 minutos en echar gasolina. No se muy bien la razón, pero al parecer alguien se salto la 'cola', digo cola por llamarla de alguna manera, y entonces se inició una discusión a gritos por ver quien iba primero. Cuando ya pienso que aquello no terminará nunca, todo se arregla de pronto y podemos repostar y dejar la dichosa gasolinera. Como consuelo me llevo un par de fotos interesantes y un dato: Un litro de gasolina cuesta 5.18 Yuan.

Diario de China: Día quinto. Nos vamos de excursión

Son las 7:30 cuando decido hacerle caso al despertador y abro los ojos. El autobús sale a las 8, así que no tenemos mucho tiempo para prepararnos para un día que se presenta largo. Pero cuando llegamos a la recepción del hotel, allí solo está el guia de la excursión que nos informa que falta una pareja por llegar. Los tortolitos llegan a las 8:10 y, con toda la cara del mundo, nos dicen que aún tienen que desayunar. Estoy a punto de mandarlos a la mierda, pero a esa hora de la mañana todavía no sé como se dice mierda en chino, por lo que me siento tranquilamente a escribir algunas notas sobre el día anterior en mi diario. El guia parece muy interesado en lo que escribo y se me ocurre una idea graciosa. Cuando finalmente pregunta que es lo que estoy escribiendo, Oiting le responde que soy un famoso escritor europeo y que tomo notas para un libro que estoy preparando sobre China. Inmediatamente el guia salió disparado en busca de los tortolitos y en menos de dos minutos salíamos del hotel. Pero mi gozo en un pozo, llegados a la esquina el guia se me acerca y a través de Oiting me informa que tenemos que esperar al autobús que ha ido a recoger al resto del grupo. Respondo que no se preocupe y saco mi libreta al tiempo que el saca un teléfono móvil y empieza a llamar al conductor del autobús. Finalmente salimos a las 8:30 hacia nuestro primer destino: 'Xuanzang House'.

29/11/07

Diario de China: Día cuarto. Perro a la carta

Desde el hotel llamamos a Beijing para retrasar nuestra reserva. Nos tenemos que pasar un buen rato al teléfono, para que alguien competente sea capaz de entender lo que tratamos de explicar; en vez de llegar el día 11 y marcharnos el 14, llegaremos el 12 y nos iremos el 15. Parece que algo tan sencillo, no lo es para alguna recepcionista de Beijing ( unos días más tarde, tuve que mandar a paseo a esa misma chica, pero eso forma parte de otra historia que contaré más adelante). Pagamos 1.5 yuan por una llamada de unos 10 minutos desde un hotel, así que calculen cuanto puede ser la cuenta del teléfono en Luoyang.
A la salida del hotel, veo un letrero que anuncia una excursión al 'Shaolin Temple', además de a otros tres lugares. Son 40 yuan por el autobús; las entradas se pagan en taquilla a la llegada a cada uno de los puntos señalados. Consulto mi guia y veo que hay una distancia considerable entre cada uno de ellos, lo que los hace inaccesibles para mi si los quiero visitar todos en un solo día y por mi cuenta. El precio me parece razonable y, sin pensarlo dos veces, contrato la excursión para el día siguiente. Ésta sería la primera y la última vez que contrataría una excursión en China.
Luoyang no tiene mucho que ver a nivel turístico. Es una ciudad industrial dividida por grandes avenidas y en la que no encontré nada mejor que hacer, que sentarme a comer en algunos de sus múltiples restaurantes. Esa primera noche cenamos cerca del hotel, en un restaurante en el que me abrieron la puerta tres camareras que no hacían más que inclinarse ante mí, mientras me señalaban una mesa donde sentarme. El dueño del local se apresuró a traernos el mismo el menú y hacernos algunas sugerencias que no aceptamos. Finalmente tomé arroz cocido y una especie de carne mechada que no estaba del todo mal. Pedí entonces una coca cola de lata pero me dijeron que solo la tenían de botella. "Una botella pues, pero por favor me la traen cerrada". Así lo hicieron, pero lo que yo no esperaba, era que me trajeran una botella de litro y medio.
Otra cosa que me llamó la atención fue algo que siempre tomé por una 'leyenda urbana', pero que desde ahora debo reconocer como cierta: Había 'perro' en el menú. No me lo podía creer, pero allí junto al pollo, la ternera o el cerdo aparecía la palabra 'perro'. En fin, también ellos piensan que es bastante desagradable comerse un conejo o una paloma, y aquí bien que nos gustan.
Cuando ya nos íbamos, me fijé en un cartel que colgaba a la entrada del restaurante. Lo traduzco literal y que cada uno haga cuentas si quiere: "SE NECESITA CAMARERO. SALARIO 500RMB AL MES". Exacto 50 euretes al mes.
No eran mas que las 21:00 y, aunque se veía mucha gente aún por la calle, todo aparecía apagado y envuelto en tinieblas. Se ve que no gastan mucho en alumbrado público por aquí, y me parece bien que sean tan ecológicos, aunque me da en la nariz que no es esa la verdadera razón para tanto ahorro.
Como no había 'nada que ver' nos volvimos al hotel, donde me lavé bien las orejas antes de meterme en la cama hasta el día siguiente.

28/11/07

Diario de China: Día cuarto. Llegar en tren

Llegar en tren a una ciudad es una manera de llegar poco a poco. Vas mirando por la ventanilla y vas viendo como aparecen las primeras casas, aun en las afueras, y que van dando paso a los primeros bloques de pisos. También ves un parque y gente que pasea. Un niño agita su mano a lo lejos, en un gesto que dice hola y adiós a un mismo tiempo. La velocidad se reduce más y más hasta convertir este último tramo del viaje en un paseo de bienvenida que la ciudad te tiene preparado. Por eso me gusta el tren y detesto el avión que te suelta de golpe en cualquier sitio adonde vas.
El día es azul, aunque aun quedan rastros de la dichosa niebla que parece que forma parte del paisaje desde que llegue a China, y Luoyang nos recibe con una sonrisa. No tarda, sin embargo, en surgir el primer inconveniente. Teníamos pensado salir para Beijing el día 11 ( hoy es 9 ) de madrugada para llegar antes del mediodía, pero cuando vamos a comprar los billetes, todos los trenes están llenos hasta el día 11 a las 20:00. Ésto nos va a hacer retrasarnos un día con respecto al plan previsto, pero soy de los que piensan que los planes están para cambiarlos e inmediatamente se me ocurre como ocupar ese día extra en Luoyang. 'Shaolin Temple' esta a 73 millas de distancia, así que lo único que tengo que hacer es que buscar una manera de llegar hasta allí mañana por la mañana.
En cuanto salgo de la estación se me echan encima las viejas de los mapas y algunas mujeres que me ofrecen alojamiento por 50 yuan. Por suerte nuestro hotel está justo en frente de la estación y emprendemos una huida rápida con nuestro mapa de 5 yuan.
El hotel se llama 'Jiu Du Hotel' y pago 180 yuan por noche con desayuno incluido. Tengo que decir que el trato a nuestra llegada fue excelente y que en las dos noches que allí pase todo fueron sonrisas y ganas de agradar. Por supuesto estaba sucio, pero tenia bañera y la calefacción funcionaba.

Diario de China: Día cuarto. Una razón y un poco de Historia

En un principio, una única razón me llevó a decidir visitar Luoyang: Las 'Longmen Caves' ( de las que hablaré un poco más adelante ). Y es que mi guía solo menciona esta ciudad de pasada, a pesar de que fue el lugar donde se construyó la primera Universidad de China en AC 29 o de que fue capital de 13 dinastías.
Sin embargo, y una vez en China, se me antojó esta visita una decisión acertada por otras razones. En primer lugar, Luoyang se encuentra a medio camino entre Xi'an y Beijing, lo que suponía hacer este trayecto en dos etapas en lugar de una sola de 15 horas en tren. En segundo lugar, y después de haber visto como pintan las cosas en la parte no turística de China, me pareció interesante visitar una ciudad pequeña y que esta fuera del circuito turístico habitual, y de esta manera confrontar algunas de las ideas, todavía provisionales, con una realidad más tangible de lo que de verdad era China, y efectivamente, los días que pase en Luoyang me aportaron algunos de esos datos que iba buscando. Finalmente, una última razón mucho más mundana me empujaba a Luoyang; quería ver algún sitio distinto a todos aquellos lugares, que por típicos, visita todo el mundo, es decir, quería hacerme esa foto que nadie tiene en el salón de su casa y, que quieren que les diga, presumir un poco de ser el aventurero que estoy lejos de ser.
En definitiva, puedo decirles que, excepto en lo de la foto, no me univoqué de lugar. En Luoyang encontré la China más real, también la mas amable y, porque no decirlo, la más barata.

Luoyang fue capital* en los siguientes periodos:

-AC 2070- AC 1600
-AC 1600- AC 1046
-AC 1046- AC 771
-AC 771- AC 256
-DC 25- 190
-DC 221- 265
-DC 265- 313
-DC 493- 534
-DC 606- 618
-DC 657- 908
-DC 909- 913
-DC 923- 936
-DC 936- 938




* Cuando noté la coincidencia de fechas en relación a los periodos en que Luoyang fue capital y aquellos en los que lo fue Xi'an, pensé que las fuentes que estaba utilizando estaban equivocadas o que quizás el ingles me estaba fallando. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que las fronteras de China no siempre fueron las que hoy conocemos, y que en ocasiones cuando se habla de China nos estamos refiriendo a distintos territorios englobados en lo que hoy conocemos como China. No es ésta una respuesta con la que me sienta del todo satisfecho, pero de momento es un tema del que, debo confesar, no tengo la más remota idea. Espero informarme mejor en el futuro y si cabe la ocasión escribir algo al respecto.

27/11/07

Un paréntesis necesario

Hoy haré un paréntesis en mi 'Diario de China' para hablarles del chino más universal. Me refiero al señor Bruce Lee, quien nos ensenó a todos lo niños de mi generación a dar patadas (aunque algunos no pasamos de caernos de culo intentando giros imposibles). Y tiene que ser hoy puesto que fue un 27 de Noviembre, allá por 1940, cuando, el hijo de un actor de 'opera cantonesa' de gira por los EEUU, nació en un hospital de San Francisco. Su verdadero nombre era Lee Jun Fun, y debe el nombre de Bruce a una de las enfermeras que atendió el parto. Dos meses después la familia, con su nuevo miembro, volvía a Hong Kong.
Ya desde pequeño protagonizó películas infantiles, y no fue hasta los 13 años que comenzó a estudiar 'Kung Fu', si bien practicó Tai Chi desde los 8. Al parecer fue un niño problemático ( incluso fue expulsado de 'La Salle', donde estudiaba) y ésta fue la razón por la que sus padres decidieron mandarlo a los EEUU a estudiar y donde, debido a su partida de nacimiento, consiguió la nacionalidad americana. Una vez allí trabajó como camarero, ayudante de chef y finalmente como instructor de 'Artes Marciales', lo que le supuso algún que otro problema con la comunidad china que no compartía su idea de enseñar 'Kung Fu' a los occidentales. Participó en varias exhibiciones y de ahí obtuvo la fama que le valió para conseguir papeles en series de televisión. Finalmente, en 1971, da el salto a la gran pantalla con 'Karate a muerte en Bangkok'. Posteriormente llegarían 'Furia oriental', 'El furor del Dragon' y 30 minutos que dejó rodados de 'Juego con la muerte', que nunca terminaría y que fue, sin embargo, estrenada en 1978 repleta de escenas utilizando dobles. Pero sin duda, la película que lo convirtió en leyenda fue 'Operacion Dragon' ('Enter the Dragon') producida por Hollywood y que se estrenaría tras su muerte, acontecida el 23 de Julio de 1973. Se ha especulado mucho sobre su muerte, aunque parece que ésta se debió a una reacción alérgica producida por algún medicamento.


Algunos datos que me han parecido interesantes en la vida de Bruce Lee son:


-Estudió filosofía.
-Creo un 'Arte Marcial' conocido como 'Jeet Kune Do', y que es una mezcla de Kung Fu y otras técnicas de lucha que fue aprendiendo con los años.
-Es autor de 'Chinese Gung Fu, the Philosophical Art of Self-Defence'.
-Su filosofía estuvo fuertemente influenciada por el Taoísmo.
-Fue campeón de Cha,cha,cha.
-Fue maestro y amigo de James Coburn, el genial Steve McQueen y mi queridísimo Kareen Abdul-Jabbar, pivot de los celebres Lakers y creador del 'Sky Hook' o gancho del cielo.
-Media 1.67 y tenia solo un 2% de grasa en el cuerpo. Entrenaba 8 horas diarias.
-Su hijo Brandon murió durante el rodaje de 'El Cuervo'.
-Participó en la idea original de la serie 'Kung Fu', aunque posteriormente fue dejado fuera del proyecto por su condición de 'chino' y le dieron la flauta a David Carradine.




Yo de ustedes, me sentaba esta noche en el sofá de casa y me veía una de sus películas. Si no tienen ninguna a mano,http://www.youtube.com/ puede ser una solución. Basta teclear Bruce Lee.

26/11/07

Diario de China: Día cuarto. Un viaje en tren

Nuestros asientos están separados, y mientras a Oiting le han tocado al lado dos campesinos de dientes negros y costumbres que no comentare, a mi me tocan dos lindas chinitas que no dejan de sonreír. No han pasado 10 minutos y Oiting está arrinconada contra la ventana tratando de esquivar el pie descalzo que uno de sus vecinos tiene sobre su asiento. Mientras, yo he entablado una alegre conversación en ingles con una de las chicas, al tiempo que compartimos su desayuno.
Un chico que se sienta enfrente de mi accede a cambiarle el asiento a Oiting, en cuyo rostro se refleja una sensación de alivio que me hace sonreír.
Pasamos el resto del viaje conversando acerca de China y sobre todo de Europa, una gran desconocida como pude comprobar. Me parece interesante reproducir algunos fragmentos de la conversación y que nos pueden ilustrar bastante acerca de la realidad de China.
"Para la gente humilde, ciudades como Shanghai representan algo espectacular como salido de otro planeta".
"No se como se consigue una Visa ", "no, no tengo pasaporte".
"Mientras estaba en la Universidad necesitaba un permiso escrito de mi tutor para abandonar las instalaciones".
"Shanghai es solo para licenciados con un expediente excepcional, algo parecido ocurre con otras ciudades del Este o Beijing. Los estudiantes medios nos tenemos que conformar con donde nos manden a trabajar una vez terminamos de estudiar".
"No nos quedamos en Xi'an porque no hay trabajo para nosotras. Además los salarios son mejores en el Sur. Espero empezar cobrando 1200 yuan y con el tiempo llegar a los 2000".
"Tengo 23 años", "no tengo novio","tengo dos hermanos".
"Me encantaría hacer un viaje, quizás algún día pueda ir a Singapur"." Europa es imposible"
"Cada vez que intento acercarme a un europeo para practicar mi ingles, salen huyendo.Parece que no les hago mucha gracia". "Es la primera vez que tengo una conversación formal en ingles, aparte de con mis profesores".
"No tengo ordenador, pero quizás un día pueda usar el del trabajo y mandarte un email".
"No me gustan las ciudades. Prefiero la vida en el campo".
"DEMASIADOS EDIFICIOS TE TAPAN LOS OJOS".
Esta chica tiene nombre y apellidos que me guardo al igual que las fotos que le hice y otras cosas de las que hablamos. Creo que nunca me podré olvidar de su cara cuando me preguntaba como era la vida en Europa y yo le respondía. No dejó de sonreír en ningún momento y me hubiese encantado quedarme en aquel tren para siempre.

Diario de China: Día cuarto. Adios Xi'an

Suena el despertador a las 6:30 y después de una ducha rápida bajamos a la recepción para nuestro 'check out'. Entrego la llave y el recibo del pago realizado a nuestra llegada, y resulta curioso como de repente nadie puede hablar una palabra de ingles. Con lo que a lo mejor no contaban, es que en mi equipo juega Oiting que si que habla chino, así que nos ponemos un poco serios y pedimos nuestro depósito. Después de algunos minutos, y viendo que evidentemente no me pensaba mover de la recepción sin mis 200 yuan de vuelta, la chica abrió sin más un cajón y me dio el dinero. Lo divertido vino después, cuando le pedí la factura y me entregó un 'bono descuento'. No con poca paciencia, le expliqué que lo que quería era un papel con mi nombre, el numero de noches que habíamos dormido en el hotel y el precio que habíamos pagado. Ya estaba a punto de rendirme, cuando sacó de otro cajón un recibo ya preparado y que parecia papel de fumar. A modo de venganza me olvidé de mencionar los cuatro botellines de agua que nos habíamos tomado del minibar, recuperando así 12 de los 15 yuan que me habían tangado el día de mi llegada.
Un taxi nos lleva a la estación, que en esos momentos parece un sábado de feria de Sevilla. Hace dos días habíamos comprado los billetes para Luoyang, porque en China tienes que comprarlos con antelación si no te quieres quedar en tierra. Comprar unos billetes de tren puede ser la mayor de las pesadillas si no hablas chino. Todas las pantallas están en ese idioma, y las posibilidades de encontrar alguien que hable ingles, son las mismas de que aparezca una china vestida de gitana. Es cierto que existe la posibilidad de traerse los destinos escritos, pero aun tenemos el problema de aclararnos con la fecha, hora, precio y tipo de billete que deseamos. Yo me ahorre este problema mandando a Oiting por delante.
Existen 4 clases de billetes para trayectos largos: 'Hard seat', 'soft seat', 'hard bed' y 'soft bed'. Más tarde descubrí una quinta modalidad: 'De pie entre dos vagones'. Xi'an-Luoyang sale por 55 yuan el asiento duro, y la duración del viaje es de 5 horas.
Para tener acceso a la estación hay que pasar un control con escáner, al estilo de los aeropuertos. Como pueden suponer ésto genera unas colas considerables. Una vez dentro notas que no estás solo, sino acompañado por una marabunta de gente que espera a que su destino aparezca en las pantallas. Encontrar un hueco para estar de pie ya es difícil, así que mejor no pensar en encontrar un asiento libre. Mucha gente vuelve al campo desde la ciudad y van cargados como mulas; las cajas de cartón y bolsas de plástico son el equipaje más común puesto que una maleta de mano no está al alcance de cualquiera.
Finalmente se abre la puerta a nuestro arcén y allá vamos como vacas al corral, a empujones, porque lo de hacer cola no se lo enseñan en la escuela.
Me sorprenden tantas prisas puesto que los asientos están numerados. Una vez dentro, me doy cuenta de que los que corren no lo hacen buscando un asiento, sino un hueco para poner su equipaje.
A las 8:33 sale puntual nuestro tren.

25/11/07

Diario de China: Día tercero. También China













Diario de China: Día tercero. Primeras conclusiones

Mi tiempo en Xi' an se acaba. Mañana temprano salimos para Luoyang, siguiente etapa del viaje. Aunque no haya dado tiempo para todo y dejamos mucho sin ver, algo si que hemos visto, y me llevo una idea bastante clara de aquello que había venido a ver; además también me llevo de propina algunos lugares que aparecieron por sorpresa.
Tras estos primeros días, saco mis primeras conclusiones, a la espera de contrastarlas en días posteriores y en otras zonas del país. Así la cosas, me queda clara la enorme diferencia existente entre lo que son zonas turísticas y aquellas que no lo son. Basta salirse de cualquier recorrido turístico convencional, para encontrarse en zonas que podríamos calificar como marginales, pero que no lo son por la sencilla razón de que son tónica general en la realidad del país. Si es cierto que una ciudad como Xi'an tiene monumentos capaces de quitarle a uno el aliento y que estos aparecen limpios y no faltos de servicios, también lo es que la zonas en los que se encuentran no representan sino una ínfima parte de la ciudad y sus alrededores. La realidad que yo he visto contrasta con la China que nos quieren vender. Estamos ante un país subdesarrollado, falto de servicios mínimos en lo referente a higiene, ajeno a los niveles básicos de educación en la mayoría de los casos, y que sufre un atraso con respecto a lo que pretenden aparentar de más de 40 años.
Puestos a buscar un culpable de esta situación, creo encontrarlo en la revolución cultural de los años 50. Estoy convencido que ésta no solo acabó con gran parte del patrimonio cultural de China ( la cultura solo es enemiga de aquellos que la temen por hacernos libres ), sino que además supuso el estancamiento cultural de toda una nación, que se vio sometida a seguir unos parámetros encaminados exclusivamente a mantener un sistema político a toda costa. Afortunadamente esos parámetros fueron cambiando y a mediados de los años 70 se hicieron más flexibles. Llegaron influencias del exterior y comenzó un proceso lento de modernización. Esta influencia, sin embargo, quedó limitada en muchas áreas, debido a la distancia y la falta de comunicaciones, pero también por la manipulación e intereses de algunos.
Hoy en día siguen existiendo zonas subdesarrolladas en China ( y hablo de áreas mayores que Europa no solo en extensión, sino también en población). Si volvemos a buscar culpables, encontraremos a los mismos de antes con el añadido de multitud de multinacionales que están haciendo su Agosto gracias a los bajos coste de producción, y ésto a costa de una mano de obra explotada y que trabaja en ocasiones en situaciones que rozan la esclavitud. Tengo la amarga sensación de que los Juegos Olímpicos de Beijing no son más que un " vamos a engañar al mundo" y a seguir viviendo del humilde obrero, que para eso somos comunistas y compartimos todo, todo menos el dinero claro, que el dinero es para los de siempre.

24/11/07

Diario de China: Día tercero. No es 'Ming' todo lo que reluce

Cenamos en un restaurante coreano; 4 platos y una cocacola, 39 yuan. Después volvemos sobre nuestros pasos hasta la 'Academic Gate', que es la entrada a una calle llamada 'Ancient Cultural Street'. Durante el día está llena de puestos y tiendas de souvenieres, sin embargo, en cuanto cae la noche todo cierra y lo único que puedes ver, es a los dueños de los puestos preparándose algo de comer o jugando a las cartas y a las damas chinas. Al comienzo de la calle está la 'Hua Pagoda of Baoquing Temple' que es una pequeña pagoda cerrada y único resto del templo que le da nombre. En cuanto al barrio, todas las casas fueron reconstruidas simulando casas del periodo Ming. Ha quedado muy bonito aunque se note un poco falsa su apariencia. Desde la muralla se puede ver una vista panorámica de todo el barrio.

Diario de China: Día tercero. Campanas y tambores

La "Bell Tower" está exactamente en el centro de Xi'an, y desde allí salen las cuatro calles principales de la ciudad. La original es de 1384, pero no estaba aquí situada sino a dos manzanas de distancia. Fue recolocada en 1582 en su actual situación y restaurada en 1739. La entrada es de 27 yuan y no merece la pena. Salvo algunos jarrones y la campana, que puedes golpear tres veces por 10 yuan, no tiene nada que ver. En cambio es muy bonita vista desde fuera, sobre todo durante la noche. En la "Drum Tower" no me tome la molestia de entrar y la disfrute solo por fuera.
Las "Bell y Drum Towers" fueron utilizadas durante las dinastías Ming y Qing para señalar la hora al modo que nosotros hacíamos con los 'campanarios'. Ésto demuestra que no es nueva esa manía que tenemos de medir el tiempo, algo que es infinito; y en el colegio ya nos decían que, "infinito dividido por cualquier numero siempre nos da infinito". Con anterioridad campanas y tambores ya fueron utilizados como instrumentos musicales.

Diario de China: Día tercero. Doce kilómetros en bicicleta

La murallas de Xi'an fueron construidas en 1370, durante la poderosa dinastía Ming; exacto, esa que hacía los famosos jarrones que valen una pasta. Lo más interesante es que están intactas y rodean por completo la ciudad vieja. Fueron construidas con piedras, tierra y extracto de arroz y tienen una altura de 12 metros por 18 de ancho. Se accede a ella por cualquiera de las 4 puertas, aunque lo mejor es hacerlo por la Puerta Sur. El precio es de 40 yuan y una vez arriba puedes rodear la ciudad. Alquilar una bicicleta sale por 20 yuan-100 minutos, aunque hay que dejar un depósito de 200, sobre todo por si te cansas de darle a los pedales y decides bajarte en Atocha y dejarles la bici junto al Reina Sofía para que la recoja el chino del 'take away'.
Hacia cosa de 4 años que no me subía a nada que tuviera solo dos ruedas, pero como andar palante, igualito que Indurain en la montaña. Los 11.9 kilómetros los hice en 99 minutos, sobre todo porque me paraba a cada momento para hacer fotos. Tengo que decir que es la mejor manera de ver Xi' an; mirando hacia dentro verás la ciudad vieja, con todo lo bueno y todo lo malo, mirando hacia fuera la parte nueva con edificios que empiezan a superar las 30 plantas. Tuve la suerte de que el tiempo me acompañó, con una temperatura bastante agradable, y que la niebla casi se disipó.

Diario de China: Día tercero. La pagoda, el museo y el taxista

La 'Great Goose Pagoda' fue construida en el año 652, durante el gobierno de la dinastía Tang, y en memoria de la madre del emperador Gaozong, la emperatriz Wende. No tengo ni idea de quienes eran ese Gaozong y la madre que lo parió, pero estoy seguro de que 'wikipedia' lo sabe, así que, si les interesa, echen un vistazo y después me lo cuentan. La Pagoda tiene 64 metros de altura y es preciosa al igual que el recinto donde se encuentra . Cuesta 25 yuan entrar y 20 más si quieres subir arriba. No se si alguno sabe que siento cierta atracción por las catedrales, pues bien, como por aquí no abundan, las he sustituido por pagodas, que de éstas hay muchas y variopintas.
Después de pasarme un buen rato dándoles vueltas a la pagoda y aburrir a Oiting, hemos ido andando hasta el 'Shaanxi History Museum' que estaba ahí cerca. El edificio es precioso, pero dentro no hay demasiado que ver. Sin embargo, tiene una sala dedicada a cuando eramos casi monos, con algunos cráneos y utensilios de la época del 'clan del oso cavernario', y que me gustó bastante. También tiene multitud de jarrones, figurillas y monedas. Aunque no justifique un viaje a Xi' an, si pasáis por la puerta, pagar los 35 yuan y dedicarle un par de horas, que ya se sabe que un poquito de Historia nunca esta de más.
Son casi las 16:00 y se nos hace tarde si queremos visitar la muralla, así que paramos un taxi. El taxista debe ser el primo secreto de Fernando Alonso, y en menos de 5 minutos nos suelta junto a la 'South Gate' y con la sensación de haber viajado en un cohete de la marca citroen.

Diario de China: Día tercero. Empujones y civismo

Aunque ayer dormía antes de las 22:00, hoy no tenia cuerpo para levantarme cuando el despertador sonó a las 7:30. Una hora después, me obligué a ponerme debajo de la ducha y a las 9:30 salía del hotel con mi puñado de almendras en el bolsillo.
Nos pasamos un buen rato intentando comprender el mapa de autobuses que hay en la parada de la esquina, bueno Oiting lo intenta, porque yo me rindo al primer vistazo y quedarme loco con tanto garabato en chino. Finalmente, encontramos nuestro numero y pagamos nuestro yuan para convertirnos en sardinas los siguientes 10 minutos, que es lo que tardamos en llegar a nuestro destino.
Un ejemplo cívico de lo que te puedes encontrar en China lo protagonizó una chica de unos 25 años que a base de empujones consiguió arrebatarle el asiento a un viejete de esos que usan bastón y que yo, de haber sido él, le hubiera partido en la cabeza a la susodicha. Afortunadamente para mis ojos europeos, y educados en la "caballerosidad inglesa", otra joven se levantó de inmediato y le ofreció su asiento al anciano, demostrando que no todos se rigen aquí por la ley de la selva.

23/11/07

Diario de China: Día segundo. El final del día

De vuelta a la ciudad hemos comprado los billetes de tren para Luoyang ( ya contaré más adelante como es el tema de los trenes ). Después hemos caminado hasta el centro. Por el camino compramos, por 3 yuan, 12 pancakes enrolladas para el desayuno de mañana, pero que nos comemos en menos de 5 minutos. Ya en en el centro hemos cenado en un restaurante que en vez de sillas tenía columpios. Yo he tomado un filete de cerdo con arroz hervido y una coca cola de lata; la ensalada ni la he tocado. La cuenta es de 82 yuan. Volvemos al hotel y a las 22:00 duermo como un niño.

Diario de China: Día segundo.Mirando por la ventana

No hay rastro de esos paisajes de vértigo que me imaginaba antes de llegar. Lo que si veo son construcciones, a veces a medio terminar, de ladrillo rojo y sin encalar, que adornan un paisaje de rastrojos que crecen sobre una tierra que parece baldía. Es verdad que estamos en Invierno ( en China empieza el 8 de Noviembre ) y no es el mejor momento para echarse al monte y disfrutar de las vistas, pero lo que veo resulta un tanto deprimente. Cada pocos kilómetros aparecen enormes factorías con chimeneas imitando torres de Babel y que arrojan un humo gris y denso. En las carreteras hay gente caminando, y también gente paradas en medio de ningun lugar, como esperando un tren que los llevará lejos pero que nunca llega. Los perros no ladran, quizás conscientes de que no tienen nada que guardar. Carros de madera, caballos pequeños y que no se mueven, también veo un tractor oxidado. Hay puestos de fruta junto a la carretera. No creo, sin embargo, que ésto sea pobreza. Estamos ante gente humilde condenadas a vivir en una tierra donde el tiempo parece que se detuvo hace ya mucho, quizás demasiado, tiempo.


Diario de China: Día segundo. Autobuses

Diga lo que diga el tablón de horarios, en Xi' an un autobús sale cuando está lleno o, en su defecto, cuando al chofer le da la gana. El precio suele ser irrisorio como lo son los 7 yuan ( 70 céntimos ) que me costó el 306 esta mañana por un trayecto de cerca de una hora. Por su parte, los autobuses urbanos cuestan 1 yuan ( 10 céntimos ). Sin embargo, los autobuses al aeropuerto cuestan 25 yuan. La calidad del autobús depende del que te toque; una misma linea los tiene viejos como los 'rolling stones' o nuevos del paquete y oliendo a papel de envolver. Me queda claro que aquí un autobús se jubila cuando no hay dios que lo ponga en marcha, mientras, si anda se usa, que no esta la cosa para ir derrochando. En cuanto a las paradas, se estila el "para jefe!!!!!" en cualquier lugar donde nos apetezca bajarnos. De igual manera se improvisa una parada levantando el brazo cuando el autobús se acerca.
Dicho ésto, y para que tomen nota quien tenga que tomarla, todos los autobuses urbanos tienen sistema de pago electrónico, con tarifas rebajadas a 80 céntimos de yuan el viaje ordinario y 40 para estudiantes y jubilados, que tiene huevos que aquí los autobuses se caigan a pedazos y tengan un sistema mucho más moderno que el triste bonobus de 10 viajes.














Autobús urbano en Xi' an

Diario de China: Día segundo. El polvo del camino

El 306 hace paradas en los tres lugares que describo ayer. A la vuelta, y por cambiar, decido probar el 914, que pasaba por allí y que decía mi guia que también llevaba a la ciudad. Y llevaba, pero por un camino mucho más largo y haciendo paradas continuas. Lo peor vino cuando se metió por una carretera sin asfaltar y nos sumergimos en una nube de polvo seco que se te pegaba en la garganta y te hacia toser sin parar. El autobús saltaba, de bache en bache, como una atracción de feria, y una azafata repartía bolsitas negras por si alguien 'deseaba' vomitar. Por suerte nadie vomito, aunque confieso que a mi poco me faltó, y un caramelo de menta le devolvió a mi garganta la humedad necesaria para dejar de toser. Me cubrí la cara con una toallita perfumada, que había cogido en el avión, hasta que finalmente volvimos a un camino asfaltado. Era de noche cuando llegábamos a Xi' an. Había sido una experiencia, aunque tengo que decir que bastante desagradable. Esa misma noche, ya en el hotel, mis pulmones escupieron mocos negros.
Recuerden 306, y no se les ocurra montarse en 914.

22/11/07

Diario de China: Día segundo. Un poco de esplendor Tang

'Hua Quing Palace' no aparece en mi guia de viaje, tampoco en la de Oiting, pero lo vemos al pasar y decidimos parar. Es un complejo de más de 1400 años que entremezcla edificios antiguos con otros que han sido reconstruidos tal y como se creen que fueron en su momento. En algunos de sus pabellones se encuentran los restos de las piscinas utilizadas por el emperador y algunos de sus generales. Hay estanques con peces de colores y alguna fuente con aguas termales. Una estatua de mármol blanco nos muestra como fue Yeung, considerada una de las cuatro bellezas en la historia de China, aunque yo la encuentro un poco entradita en carnes y un poco fea, y que fue amante del emperador y una de las mujeres más poderosas de su tiempo. La entrada cuesta 70 yuan, un poco cara la verdad, pero es un lugar precioso en la ladera de una montaña a la que se puede subir con teleférico y donde se pueden pasar facilmente dos horas paseando. Además sirve para hacerse una idea de como se lo montaban en tiempos de la dinastía Tang.
















Hua Quing Palace

Diario de China: Día segundo. Un ejercito de barro

Una mañana de primavera, allá por 1974, tres labradores de la familia Yang comenzaron a cavar un pozo que les suministraría el agua suficiente para regar sus tierras. Poco después de empezar, encontraron algunos restos de lo que parecía una tinaja de barro. Comenzaron entonces a cavar con más cuidado ante la posibilidad de encontrar algún recipiente intacto y que pudieran utilizar para guardar huevos o cualquier otra cosa. Lo que encontraron, sin embargo, los dejó perplejos; primero fue un brazo y luego lo que parecía una pierna de barro. Fue entonces cuando comunicaron el hallazgo a las autoridades.
Lo que habían encontrado estos tres labradores, era la armada de barro, los terracotta warriors, del emperador Quin, un ejercito de barro que pensaba utilizar tras su muerte y una vez estuviera en la otra vida. De tamaño natural y en formación, fueron apareciendo miles de soldados que, si bien perdido su color original, conservaban el realismo de sus facciones, todas distintas, lo que denota una técnica muy avanzada para la época. Las armas aparecían cromadas, una técnica que fue inventada - o eso se creía- a mediados del siglo XX, y que impide la corrosión del metal. Toda la armada fue enterrada hace más de 2000 años y así permaneció, inmutable al tiempo, esperando volver a ver la luz e impresionar al mundo.
Aunque los trabajos de excavación e investigación aún continúan, ya hay abierto al publico (65 yuan en temporada baja) un museo y tres pabellones que muestran lo que ya se conoce como la octava maravilla.











Terracotta Warriors

Diario de China: Día segundo. El mito que se hizo realidad

Quin Shi Huang (AC 259-AC210) fue el primer emperador en unificar lo que hoy conocemos como China, y lo hizo a base de diplomacia, traiciones, inteligencia y muestras de poder. Pero no solo unificó el imperio, sino también el sistema de pesos y medidas, el lenguaje escrito y la moneda. Otros proyectos llevados a cabo durante su gobierno fueron la construcción de caminos y comunicaciones entre las distintas fortificaciones que se repartían por todo el territorio de manera aislada (hay quien ve aquí un antecedente de lo que luego fue la 'Gran Muralla China').
Tras su muerte, y con el paso de los años, se fue creando un mito o leyenda según la cual su tumba era un mausoleo en el que habrían trabajado más de 700.000 esclavos. Se trataba de una pirámide de 115 metros de altura y con una longitud en su base de 345 de este a oeste. En su interior existirían tesoros incalculables, protegidos por ríos de mercurio, que fueron introducidos por orificios en la piedra, laberintos y trampas mortales. Todos los artesanos que conocían los secretos del mausoleo fueron enterrados vivos con su emperador, al igual que toda las concubinas que no tuviesen hijos. Posteriormente toda la construcción fue cubierta de tierra y se plantaron miles de arboles simulando una montaña. Después todo cayó en el olvido y durante siglos la montaña no fue más que eso, una montaña en medio de otras muchas.
Fue en los años 60 del pasado siglo, cuando los arqueólogos comenzaron a realizar estudios y tomar muestras en la zona. Se han descubierto rastros de mercurio y la tumba aparece totalmente señada y sin ninguna señal de haber sido violada. A la espera que exista una tecnología lo suficientemente avanzada para abrirla sin dañar su contenido, los arqueólogos se frotan las manos ante un descubrimiento que puede superar en importancia a la tumba de tutankamon en Egipto.
Transcurridos más de 2000 años desde su construcción, la tumba del emperador Quin permanece aún cerrada, pero la montaña se puede visitar (40 yuan), incluso subir a su cima, y disfrutar de un paseo por los alrededores, que aparecen repletos de restos de lo que tuvo que ser una de las obras más mastodónticas de las que se tiene noticia. En total se cree que se necesitaron 38 años para completar los trabajos, e intervinieron más de 2 millones de personas. Casi nada.
















Foto panorámica de la montaña-tumba del emperador Quin.




Diario de China: Día segundo. Despertar en China

El despertador suena unos minutos mientras mi mente se decide a dejar de soñar y despertar a un nuevo día. Son las 7:00 y en la calle se oye música y el eco de una voz amplificada. En la habitación contigua ya están despiertos y se dedican a hablar dando gritos. Un botellín de agua, un puñado de almendras y dos mandarinas son mi desayuno.
Cuando salimos del hotel me sorprende ver tanta gente. Parece que la vida empieza bastante temprano aquí en Xi'an. Caminamos hasta la diagonal para coger un autobús urbano (1 yuan), que va a reventar y que parece salido de una pelicula en blanco y negro, y que nos lleva hasta la estación de trenes. Justo enfrente de la estación, hace parada el autobús numero 306, que por 7 yuan nos lleva hasta el 'mito que se hizo realidad'.

Diario de China: Día primero. Paseando en tinieblas

Aunque es tarde ( son las 21:30 ) salimos a dar un paseo para ver un poco la ciudad. No estamos lejos del centro y decidimos ir caminando. La temperatura puede rondar los 12 grados. Está oscuro; el alumbrado público es bastante deficiente, tampoco la niebla ayuda a darle color al asunto, así que el panorama es un poco deprimente. Caminamos en tinieblas y a lo lejos se distingue la 'Bell Tower' iluminada. Debe ser una imagen bonita, pero hoy no parece el día más idóneo para hacer una foto. En la calle, hay multitud de puestos que venden pinchos de pollo y calamares, castañas asadas o frutas azucaradas. Entramos en un mercado nocturno; está en medio de un mercado de carne, que ya cerró sus puertas a media tarde, pero que dejó su olor impregnado por los callejones llenos de gente que compra baratijas y calcetines 'nike' de imitación. Me como dos pinchos de pollo ( 2 yuan ) y compramos algunas mandarinas. Después intento algunas fotos que salen borrosas.
A las 23:30 estoy en la cama después de una ducha rápida que ha inundado el cuarto de baño.

Diario de China: Día primero. Ríos de saliva

El porqué de que todos escupan es algo que no acabo de entender, pero lo cierto es que tienes que andar con ojo si no quieres que te caiga encima uno de esos salivazos que vienen precedidos por un sonido de garganta que avisa de que viene verde pastoso. Llama la atención por que es una cosa continua, y el suelo es un mapa de ríos de saliva con más espuma que la boca de un perro rabioso. Es desagradable incluso para los que, como yo, no son escrupulosos, y resulta especialmente molesto en lugares cerrados como autobuses, restaurantes o supermercados. Escupen los taxistas, los policías, los vendedores, los hombres de chaqueta y corbata, y escupen al suelo por que parecen no saber de la existencia del kleenex. Debe ser una costumbre muy arraigada y que se trasmite de padres a hijos, y ahora entiendo que en Hong Kong este multado escupir en la vía pública. Al principio me pareció algo excesivo, pero estoy totalmente de acuerdo después de ver los escupitajos por minuto que puede realizar un chino, o una china, que éstas también escupen.