3/10/07

Cae la tarde y se encienden las luces de neón. Comienza la noche en la ciudad que nunca duerme. Nathan Road, en su bullicio, se dispersa en decenas de calles disfrazadas de mercadillo de domingo. Es cierto; no ha visto Hong Kong quien no ha visto sus mercados.
El 68X, nuevamente desde Yuen Long, me lleva hasta kowloon. Me bajo en Nathan Road, poco antes de Edward Road, y me adentro en un mar de calles. Hay que visitar Flower Market, Ladies Market y sobre todo Temple Street Night Market, pero lo mas importante es dejarse llevar por la marea, allá donde te lleve.
Me paso horas de puesto en puesto, de tienda en tienda, y es que se encuentra de todo por aquí. Mas de una hora la ocupo mirando cámaras fotográficas y comparando precios. Hay inmensas tiendas y, junto a ellas, destartalados tenderetes, todo rodeado del color de las luces que anuncian todo lo que se puede anunciar. Gente por todas partes; el turista, que se pasea asombrado, se detiene constantemente y se deja acosar por el vendedor. Hay quien duerme en la calle, ajeno a todo, mecido por la mano del vino. Los restaurantes rebosan, impregnando de sabores nuevos mis sentidos...
Cenamos en Haiphong Road y, después de un paseo por Kowloon Park, volvemos a casa.

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