Aunque pequeñitos y con cara de estreñidos, los japoneses pensaban que eran una raza superior y, como tal, se creyeron con derecho a expandir el sol naciente y la salsa teriyaki por toda Asia. Se vieron beneficiados en esta empresa por el desarrollo militar ( con ayuda occidental ) que habían experimentado desde finales del siglo XIX . En fin, que pasaron de pequeñitos a matones, para un poco después convertirse en pedazos cabrones.
Los japos querían China y ya en 1931 anexionaron Manchuria. En 1937 comenzó Operación Triunfo con éxitos como Beijing, Shanghai y Nanjing. Por aquel entonces los japos ya eran unos auténticos 'tirachinas' y como ejemplo valga que en unas semanas violaron y mataron a más de 300.000 personas en Nanjing. En 1938 habían llegado a Guangzhou y tenían Hong Kong a tiro de piedra.
A finales de 1941, ya bastante subiditos con tanto chino sometido, se atreven con los americanos y atacan Pearl Harbour. Días después les toca a los ingleses en Hong Kong. El 8 de Diciembre de 1941 es bombardeado el aeródromo de Kai Tak. Los ingleses estarían tomando el té o Dios sabe lo que estarían haciendo, pero lo cierto es que los cogieron en braguetas y todas las defensas aéreas fueron destruidas. Así las cosas, no fue difícil cruzar el río Shenzhen y entrar en Hong Kong. Por supuesto los ingleses echaron cojones y, perdidos los Nuevos Territorios y la península de Kowloon, se hicieron fuertes en la Isla de Hong Kong. Ante la demandas japonesas para que entregaran la isla, tuvieron que responder algo así como "you motherfuckers, if you want it come and take it yourself", aunque utilizando buenas palabras, porque el té, el cricket y las formas son cosas sagradas. Los japos respondieron a base de bombas y al final consiguieron que entregaran la isla el 25 de Diciembre. Empezaba la Navidad.
Rensuke Isogai fue nombrado Gobernador de Hong Kong que quedo dividido en tres regiones (Hong kong Island, Kowloon y New territories) y 28 distritos. Comenzó entonces la política de repatriación, porque 1.600.000 chinos eran demasiados. A base de "regalar" viajes en tren, redujeron la población a 600.000. El arroz, el azúcar, la sal y el aceite fueron racionalizados, mientras que el resto de alimentos se convirtieron en artículos de auténtico lujo y casi imposibles de conseguir. En 1944 el racionamiento fue suspendido e invitaron a los chinos a que se buscaran la vida. Hubo que subsistir entonces a base de harina y las raíces de los arboles. La falta de combustibles afecto a los transportes y el alumbrado. El Hong Kong Dollar dejó de tener valor y fue sustituido por Japanese Militar Yen. Se sustituyeron todas las fiestas y tradiciones chinas por otras de origen japones. Se impuso en las escuelas la obligación de aprender japones ( el numero de estudiantes paso de 118.000 a 4.000), así como sus maneras y costumbres. En cuanto a los prisioneros de guerra, éstos fueron confinados en Campos de Concentración donde, además de verse condenados a trabajos forzados, tuvieron que sufrir enfermedades como la disentería y el cólera, motivadas por la falta de condiciones higiénicas y la desnutrición. Muchos incluso fueron enviados a Japón como mano de obra.
Ante semejante 'política social', no es de extrañar que aparecieran grupos de oposición. En Hong Kong hubo 'guerra de guerrillas'. La Hong Kong-Kowloon Brigade se dedico durante esos años a realizar ataques contra las fuerzas japonesas, realizó sabotajes, asesinó oficiales japoneses y a chinos simpatizantes, y en general hizo todo lo posible para dar por saco. También la British Army Aid Group contribuyó distribuyendo alimentos e información en los campos de prisioneros.
Con la Guerra acabada en Europa, los japoneses seguían en sus trece y no se rendían. El 6 de Agosto de 1945 en Hiroshima y el 9 en Nagasaki cayeron sendas bombas atómicas que les quitaron todos los pajaritos de superioridad a los japoneses. El 15 de Agosto se rendían incondicionalmente. El 1 de Septiembre se establecía una Administración Militar Británica en Hong Kong. El 16 del mismo mes se produjo la ceremonia de rendición de Hong Kong. Habían pasado 3 años y 8 meses.
Los japoneses, si bien es cierto que tuvieron que sufrir dos bombas atómicas, dejaron tras de si un numero incontable de víctimas. El número de violaciones, mutilaciones, experimentos científicos con humanos, las condiciones que sufrieron los prisioneros de guerra, las muertes indiscriminadas de personas indefensas, sitúan a Japón en cabeza de la lista de genocidios y atrocidades realizadas por el ser humano. Desconozco porque Japón sigue apareciendo como víctima, cuando la historia (camuflada en este caso) muestra que fue el mayor verdugo que han conocido los tiempos. Cuando en mi 'Diario de China' alcance mi visita a Nanjing, les pondré al día de las mayores barbaridades que he conocido en mi vida.
