6/12/07

Diario de China: Día sexto. Una noche en el tren

A los hermanos Marx no se les ocurrió rodar 'Una noche en el tren'. Si lo hubieran hecho, seguro que hubieran copiado la escena del camarote de 'Una noche en la Opera' o aquella otra del restaurante y las mesas de 'Una noche en Casablanca', pero en un tren que se llena de chinos. Me imagino la escena: 'ticket please', 'tsie tsie' y otro chino pa' dentro, y así hasta que el vagón se va llenando de gente y maletas y bolsas gigantes, y entonces aparece el que vende los refrescos con su carrito y le sigue el revisor y uno que decide ponerse a barrer justo ahora que todo el mundo está por medio; llega también la policía y una azafata que vende cepillos de dientes; alguien saca un baraja y comienza una partida con el pasillo de por medio; "pipas,chicles,calameros", grita una vendedora; aparece otro carro con platos de arroz y noodles; una chica pasa una bolsa para la basura... y así toda la noche.
Sobre la 1 de la mañana parece que la cosa se calma y muchos empiezan a dar cabezadas. Yo me he terminado un paquete enorme de pipas ( los chinos comen pipas ) y continuo con mi viaje a las Galápagos. Se ha organizado una timba a escasos metros de nosotros y son lo bastante ruidosos para no dejar dormir a nadie. Algunos se han quejado ya, pero los de la timba están a lo suyo y no hacen el menor caso. Entonces empiezan a fumar y aquello se convierte en un pub ( se entiende que de fumadores ) incluida la música que no se de donde ha salido. Las protestas aumentan y entonces Oiting en ingles les recuerda que no se puede fumar en el tren, pero nada de nada. No me gustan los problemas pero estos tíos no obedecen a razones y además no me están dejando leer (probablemente la cosa que más me molesta en el mundo ), así que cuento uno, dos ,tres, y aprovechando mi condición de 'ingles' me levanto y me dirijo hacia el grupo de ruidosos. " What's your fucking problem man?", le digo a uno con cara de lelo y que responde con un "I don't understand". "Tu tía, no entiendes. Ya estás apagando el cigarrito, bajando la música y dejando de gritar". Tengo que decir que son unos segundos muy largos y en los que llego a pensar que me van a partir la cara por listo. Me hacen caso sin embargo, y no solo ellos se callan, sino que se hace el silencio en todo el vagón ( lo que me confirma el respeto que despierta un europeo en China ). La gente puede por fin dormir y yo vuelvo a embarcarme rumbo a Galápagos donde paso el resto de la noche.

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