Mi caminar por Tai Pei me mostró una ciudad amable y abierta al viajero, y en la que, sin embargo, no abundan los europeos. Una ciudad limpia y ordenada, en la que hay miles de scooters (motos pequeñas) que salen de todas partes y no respetan ninguna señal de tráfico. El transporte público es eficiente y barato, la comida excelente y la gente simpática y comunicativa, al punto que los niños no desaprovechan la oportunidad de decir 'hello' y demostrar que saben ingles. Sin embargo, no me terminó de gustar. Creo que es porque le falta alma. Tai Pei es una ciudad que escapa de su pasado y que quiere agradar construyéndolo todo nuevo y espectacular. Valga de ejemplo que tiene el edificio más alto del mundo (Tai Pei Financial Center) en una ciudad donde no hay rascacielos.
De lo que vi destacaría los templos de Ciyou y Longshan que me parecieron increíbles. Ciyou esta junto a Raohe Street Nightmarket donde puedes comer en sus muchos puestos callejeros. También esta Wufenpu que es un entramado de calles con cientos de tiendas de ropa y que a mi hermana le encantaría. Shilin Nightmarket es vida y mucha gente. Todo la parte vieja de la ciudad merece un paseo, y yo lo hice buscando las cuatro puertas que quedan y que son los únicos restos de la antigua muralla. También me gustó el cambio de guardia en Sun Yat-en Memorial Hall. No me gustó Snake Alley, quizás porque esperaba algo más que serpientes en una jaula. Por supuesto que hay mucho más que ver, pero yo solo les recomiendo que vayan y vean.
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