Por fin encuentro un hueco, en la locura final de estos últimos días en Hong Kong, para escribirles algo. Ha sido una semana larga, pero que ha pasado volando, y en la que volví a China por unos días, me compré una cámara nueva (Nikon D40x, que espero aprender a manejar pronto) y en la que no he parado un momento visitando, quizás un poco a la ligera, algunos de los sitios que estaban en mi agenda desde mi llegada. Interrumpida, solo temporalmente, la redacción de mi 'Diario de China', quiero hoy hablarles de carreras de caballos.
Si bien 'Happy Valley' aparece en todas las guias de viaje de Hong Kong, cuando pasé por allí no me pareció gran cosa. Eso no quita que tenga una gran tradición en lo que a carreras de caballos se refiere, no en vano fue construido en 1845 con la llegada de los ingleses a Hong Kong, y a los que les guste el arte ecuestre no deben dejar de visitarlo. Sin embargo, mi día en las carreras lo pase en 'Sha Tin Racecourse' en los 'New Territories'. Fui un miércoles, aunque también hay carreras los sábados y en ocasiones los domingos, y me senté allí con mi botella de té con limón a intentar entender como funcionaban las apuestas de caballos. Había miles de personas que no dejaban de anotar resultados y realizar cálculos, que se me escapaban por completo. Una gran pantalla señalaba los nombres de los caballos y a como se pagaban las apuestas. No soy muy dado a las apuestas, y mucho menos si no tengo la menor idea sobre el asunto, así que me limité a apostar conmigo mismo eligiendo un caballo ganador poco antes de cada carrera. No necesito decir que no acerté una sola vez, aunque pasé un buen rato animando mentalmente a mi caballo.
Sobre 'Sha Tin Racecourse', les diré que son las instalaciones que se usarán durante las próximas Olimpiadas de Beijing en el 2008. Posee capacidad para más de 80.000 personas y es propiedad de Hong Kong Jockey Club, una de las instituciones, de origen ingles, más antiguas de Hong Kong.
No soy aficionado a los caballos y, como pueden ver, no es mucho lo que puedo contarles. Sin embargo, me pareció interesante comentar, aunque solo sea por encima, que en Hong Kong existe una gran tradición ecuestre que refleja la presencia inglesa durante 150 años.
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