La estación de trenes tiene un aspecto bastante más tranquilo que el que presentaba la de Xi'an. No se si es por la hora de salida o porque es una ciudad más pequeña, pero lo cierto es que hay bastante menos gente e incluso encontramos un asiento donde sentarnos mientras esperamos que abran la puerta de embarque a nuestro tren. El billete en 'hard seat' me ha costado 106 yuan. Serán 10 horas de viaje y como no creo que pueda dormir demasiado, me voy a regalar 'Galápagos: viaje al fin de mundo', de Alberto Vazquez-Figueroa.
Me voy de Luoyang satisfecho de lo que he visto y con una imagen bastante más amable de China que la que me encontré en Xi'an. Tengo que decir que, en general, la gente es muy amable aquí, un lugar donde los niños te gritan 'hello' antes de salir corriendo, tímidos, a esconderse. No deben estar, sin embargo, muy acostumbrados a los 'rostros pálidos' y , sobre todo los viejos, se quedan embobados al verte pasar; algunos se parten el cuello mirándote sin ningún reparo, pero se les nota que es solo curiosidad ante algo que les es extraño. No existe en Luoyang acoso al turista y uno puede pasear tranquilamente sin que le quieran vender algo a cada paso que da. Me gusta Luoyang aunque no sabría decir el porque, solo se que volvería a darme una vuelta por aquí si alguna vez tengo la oportunidad. Si tuviera que describir esta ciudad diría: "Luoyang es como una persona muy fea pero que siempre esta sonriendo".
2 comentarios:
Hola Soy un conocido de tu padre te escribo desde Castuera(Badajoz ). Me parece fabuloso lo que estas escribiendo desde ese pais, dando una vision de lo que estas comociendo.
Un saludo y sigue asi.
Victor neno elturronero.
Muchas gracias y espero continuar pronto con mis publicaciones una vez acabadas las fiestas.
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